Luego de que una lluvia de meteoritos impacta la Tierra, un padre varado en una estación espacial debe asistir a su hija, desde la distancia, a sobrevivir a la catástrofe y ayudar a otros. Con esta premisa propia de un blockbuster de Hollywood, 12 horas para el fin del mundo (Mira) es una película rusa muy bien lograda y que no pide nada a sus congéneres estadounidenses. Una excelente opción si quieres acción, espectáculo y una historia conmovedora con puro espíritu de entretenimiento.
Si pones en una licuadora a ‘Melancolía’ de Lars von Trier con ‘Sobre-Natural’ (‘The Mist’) y le añades algunos toques de película navideña, el resultado es ‘Última noche’ (‘Silent Night’), una comedia ácida sobre el fin del mundo que logra ser más refinada, ingeniosa y valiente de lo que ‘No miren arriba’ (‘Don’t Look Up’) hubiera soñado ser. Aquí la historia se trata de una familia que esperan a sus invitados para una cena de Navidad memorable, con el único detalle de que el fin de la humanidad ya es inminente e irreversible. Es una comedia que logra mirar directamente a la mortalidad humana con humor, al tiempo que se burla de la inacción de toda la sociedad contra el cambio climático. Es material un poco oscuro, pero al mismo tiempo muy disfrutable de ver gracias al trabajo del elenco liderado por Keira Knightley (‘Miss Revolución’), Mathew Goode (‘Secretos de estado’) y Roman Griffin Davis(‘Jojo Rabbit’).
La paradoja de los thrillers apocalípticos –sobre todo cuando añaden ironía a la mezcla–, es que la crítica y advertencia pueden convertirse en catarsis y, después, en frivolidad. Escrita y dirigida por Sam Esmail (creador de la serie Mr. Robot) a partir de la novela homónima de Rumaan Alam, Dejar el mundo atrás (Leave the World Behind) pertenece al selecto club de películas con ese efecto, como No miren arriba o El menú en años recientes. La trama sigue a una pareja (Ethan Hawke y Julia Roberts) de Nueva Jersey quienes, en una escapada vacacional con sus hijos a Long Island, padecen una serie de eventos perturbadores y la llegada de George Scott (Mahershala Ali) y su hija (Myha’la), los dueños de la casa donde se alojan. Desconfiando entre ellos e incomunicados del resto del mundo, ambas familias deben enfrentarse a lo que, a cada momento, se parece más a una amenaza existencial. Funciona como un entretenido y bien actuado thriller que te hará pasar un excelente rato, aunque no es una película tan profunda como pretende ser. Lee más en nuestra crítica completa de Dejar el mundo atrás.