Un elemento fundamental de Severance es la separación, por medio de un implante, de las experiencias de los empleados dentro de la empresa Lumon (innies) y fuera de ella (outies). Mentalmente son, en esencia, individuos diferenciados, con experiencias distintas pero que se afectan entre sí. Esta es una experiencia narrativa similar a la que entrega Memento, una de las mejores películas de Christopher Nolan, sobre un hombre con amnesia de corto plazo (Guy Pearce), que está en busca de venganza contra el asesino de su esposa, a pesar de que no puede formar nuevos recuerdos. Con el relato separado en dos, pasado y presente, nosotros como público sabemos cosas que el protagonista no, como sucede en la serie.
La mencionada intervención quirúrgica es un elemento fundamental de Severance, y también es una tecnología hipotética que representaría serias cuestiones éticas: se manipulan las memorias y experiencias de las personas, y con ello, su identidad. La serie, también, presenta un escenario en el que un individuo con el mismo carácter puede convertirse en dos personas totalmente diferentes según sus experiencias. La ya clásica Eterno resplandor de una mente sin recuerdos habla de algo similar: sus dos protagonistas (Kate Winslet y Jim Carrey) son una expareja que atraviesan un procedimiento médico para olvidarse mutuamente. ¿Pero realmente pueden evitar volver a enamorarse, cambiar quienes son fundamentalmente?
Parte del perturbador encanto de Severance es que atestiguamos un perverso experimento social, donde individuos son manipulados y utilizados –contra su voluntad– para el beneficio de una sociedad mayor. Esto nos recuerda a Truman Show, sobre un hombre (Jim Carrey) cuya vida se desarrolla, sin saberlo, en un enorme set de televisión para ser televisada por el mundo entero. Eso, claro está, hasta que Truman obtiene conciencia y comienza a cuestionar su lugar y propósito en este mundo.
Los espacios liminales de la compañía Lumon –blancos, inmaculados, vacíos– son uno de los aspectos más inquietantes de la serie. Podemos ver algo similar en THX 1138, la primera película de George Lucas, muchos años antes de Star Wars. Esta historia nos sitúa en un mundo distópico donde las personas no tienen nombres completos, sino denominaciones con letras y números (similares a los nombres de pila sin apellidos en Severance). Una policía robótica supervisa la productividad de la sociedad, y los empleados son drogados para obedecer y suprimir emociones humanas, que están prohibidas en este mundo. Una deshumanización diferente y a la vez, muy similar.
La dualidad de los individuos es otro elemento central de Severance. Su creador, Dan Erickson, ha establecido que una de sus influencias fundamentales fue David Lynch, y las marcas de Twin Peaks en particular pueden verse por toda la serie. Sin embargo, otra producción que rescata elementos similares es Por el lado oscuro del camino (Lost Highway), que además es protagonizada por Patricia Arquette quien, como la mayoría de los personajes en Severance, interpreta aquí a un personaje dual.