Partamos de este documental mexicano que, si bien parte del contexto local, es un gran ejemplo para expresar que lo personal tiene que ser político. Ahora que estamos juntas sigue a su propia directora, Patricia Balderas, quien empieza a entender su propia historia y la de su madre con la violencia de género, luego de conocer a un grupo de activistas femeninas. Con ellas se manifiesta y descubre nuevas formas de resistir, al tiempo que reflexiona sobre la violencia a la que ella y tantas otras mujeres se enfrentan cotidianamente.
Si el feminismo busca la igualdad de género, Lady Macbeth es un necesario recordatorio del por qué: durante casi toda su historia, las mujeres ni siquiera han sido tratadas como seres humanos, sino como objetos a ser poseídos por hombres. Situada en 1865, ésta es la historia de Katherine (Florence Pugh), una joven obligada a casarse con un hombre mayor, darle hijos, permanecer en casa como un trofeo servil y esperar que toda su vida sea dictada por él. Y seguro, quizá la conclusión es un tanto extrema, pero más vale pensar que ni siquiera tanta violencia fue suficiente para escapar a su destino impuesto.
El aclamadísimo filme de Céline Sciamma, Retrato de una mujer en llamas, también parte de la premisa de una mujer sometida a un matrimonio arreglado. Se trata de un relato que trasciende el mero romance y cuyo detonante es el retrato titular, ejecutado por una pintora por comisión... y a escondidas de su sujeto. Una mirada rígida y fría al servicio de la cosificación masculina, emancipada por el amor y la sororidad.
“Nunca subestimen el poder que nosotras las mujeres tenemos para definir nuestros propios destinos”, dice Meryl Streep como la activista Emmeline Pankhurst en una memorable escena de Las sufragistas. Este drama histórico es una fundamental película para entender el feminismo, pues nos sitúa ya en la llamada primera ola del feminismo, que encontraba entre sus principales demandas el derecho a votar. Y sí, incluso si la vía para lograrlo era la violencia (“Porque la guerra es el único lenguaje que escuchan los hombres”).
El derecho al voto sin duda es un hito importante, pero está lejos de ser el único obstáculo hacia la verdadera igualdad que busca el feminismo. Feministas: ¿en qué estaban pensando? nos presenta testimonios de activistas que participaron en la que se conoce como la segunda ola del feminismo (entre los años sesenta y ochenta), cuando la conversación se amplió a temáticas como la sexualidad, identidad, maternidad y derechos reproductivos, además de violencia de género, discriminación y desigualdad salarial, todas materias pendientes incluso hoy. Al tener un pie puesto en la actualidad, el documental también aborda las oportunidades perdidas por los movimientos de la época, aprendizajes necesarios para nuestros días.