Ganadora del premio del público y del premio del jurado en el Festival de Sundance, Yo, él y Raquel (Me and Earl and the Dying Girl) es una historia coming-of-age que sigue a Greg (Thomas Mann), un chico que sólo quiere pasar su último año de preparatoria sin mayores aspavientos, haciendo cortometrajes con su único amigo, Earl (RJ Cyler). Sin embargo, sus modestos planes cambian cuando es orillado a formar una amistad con Raquel (Olivia Cooke), una compañera de escuela que acaba de ser diagnosticada con leucemia, y comienzan a transformar sus vidas mutuamente. Por su premisa, esta podría parecer la típica película adolescente lacrimógena que busca conmover de la forma más descarada (al estilo de propuestas como Bajo la misma estrella). Sin embargo, en realidad es una historia que retrata sus relaciones centrales de una manera más sobria y realista, ayudada de excelentes actuaciones de su trío central, pero sobre todo de Cooke.
Una ácida comedia en la que el mundo adolescente se encuentra con el del crimen en un retorcido complot de asesinato. Pura sangre (Thoroughbreds) es la historia de dos amigas que retoman su relación luego de años alejadas, aunque son extremos opuestos: Amanda (Olivia Cooke) es incapaz de experimentar sentimientos, mientras que Lily (Anya Taylor-Joy) lo siente absolutamente todo. Una la arrastra a la otra hacia una espiral de destrucción cuando Amanda le propone a Lily deshacerse de su abusivo padrastro. Si bien Anya Taylor-Joy es probablemente la más famosa de las dos actrices, aquí Olivia Cooke demuestra que lo tiene todo para estar a su nivel.
¿Cómo existir cuando tus recuerdos –y tu identidad– están destinados a desaparecer poco a poco? Esta película sucede justo durante una pandemia que provoca precisamente eso, pero contra viento y marea, una pareja decide seguir su nuevo romance y crear nuevos recuerdos para no olvidar el amor que comparten. Recuerdos borrados (Little Fish) es la clase de propuesta de ciencia ficción que, con pocos recursos, logra hacernos reflexionar sobre la naturaleza de la identidad humana y si forjar recuerdos tiene sentido. Es una bella película y Olivia Cooke es excelente en ella junto a Jack O’Connell.
Y sí, Cooke puede presumir entre sus créditos una aventura spielbergiana que, si bien no es la mejor en la filmografía del director, es una espectacular adaptación de una novela igualmente popular. En Ready Player One la actriz no es la protagonista sino uno de los personajes secundarios: Art3mis, una de las jugadoras de un enorme mundo de realidad virtual que ayuda a Wade Watts (Tye Sheridan) a encontrar un tesoro oculto por su creador y que podría cambiarlo todo.
Sin duda una de las mejores películas de Olivia Cooke, sino es que la mejor en su filmografía hasta el momento. Y de nuevo, aquí tampoco es la protagonista, pero sin duda su papel es crucial para la trama. El sonido del metal (Sound of Metal) es la historia de un joven hombre (Riz Ahmed) que toca en un dúo de metal junto a su novia (Cooke). Sin embargo, la vida de él comienza a desmoronarse cuando, de un momento para otro, pierde el sentido de la audición.