Lo que ha permanecido en la memoria colectiva sobre la Primera Guerra Mundial es la llamda "Guerra de trincheras", que cobró millones de vida y sólo dio avances mínimos a los frentes. Una de sus representaciones más alentadoras está en la película Final del viaje (Journey's End), adaptada de la obra homónima de 1928 escrita por R. C. Sherriff, quien peleó en la guerra. En ella, un joven (Asa Butterfield) se une al ejército para intentar salvar a un viejo amigo (Sam Claflin, de Los juegos del hambre). La película retrata de forma fidedigna la experiencia de las trincheras: la amenaza y el sentimiento de inminente perdición, la espera constante, la desolación, pero sin apagar la luz de esperanza en la hermandad de sus personajes.
Otra película que narra la guerra de trincheras desde la perspectiva británica, y con una espectacularidad incomparable al día de hoy, es 1917, inspirada en historias que el director Sam Mendes escuchó de su abuelo sobre su participación en la guerra. Lo hace con un sentido de urgencia, en el contexto de una batalla real de la Primera Guerra Mundial: la retirada alemana durante la Operación Alberich. Sin embargo, se trata de una emboscada, y dos jóvenes soldados británicos deben correr por tierra de nadie para entregar el mensaje que podría salvar a sus compatriotas de emprender una ofensiva y caer en la trampa.
Las cosas no eran mejores en el bando opuesto, como retrata la película alemana Sin novedad en el frente, adaptación de la fundamental novela homónima de Erich Maria Remarque, a su vez basada en sus experiencias con el Ejército Imperial Alemán durante la Primera Guerra Mundial. Se trata de una obra anti-bélica fundamental, un espíritu que la película rescata con sus licencias creativas: la adaptación crea una subtrama sobre los funcionarios negociando el armisticio para detener la guerra. Así, muestra un lado pocas veces visto, pero necesario: el de los políticos y poderosos que no ven a los soldados como seres humanos, sino como peones en el tablero de sus ambiciones.
Lejos de las trincheras en Europa se libraba la rebelión árabe contra el dominio del Imperio Otomano. Considerada una de las mejores épicas históricas jamás llevadas al cine, Lawrence de Arabia sigue a Thomas Edward Lawrence (Peter O'Toole), enlace británico con la alianza árabe, para encausar la guerra hacia los intereses de su país. Sin embargo, conforme forma amistades con sus colegas árabes, comienza a cuestionar su propósito en la guerra.