Aunque se estrenó después, La enviada del mal (The Blackcoat's Daughter, también conocida como February) es el largometraje debut de Oz Perkins, y ya desde aquí podían verse las marcas que distinguirían su filmografía posterior: jóvenes mujeres como protagonistas de historias tan minimalistas como su diseño de producción, de sonido y trabajo de cámara, que convergen para crear atmósferas que perturban por si quietud. Aquí, la trama sigue a tres jóvenes (Kiernan Shipka, Lucy Boynton y Emma Roberts), cuyos caminos se cruzan en una historia de soledad y violencia.
La segunda película de Osgood Perkins (aunque primera en estrenarse) es todavía más minimalista, aunque con tintes góticos contemporáneos. Soy la cosa bella que vive en esta casa (I Am the Pretty Thing That Lives in the House) sigue a una enfermera particular (Ruth Wilson) que debe instalarse, sola, en la remota casa de una famosa escritora (Paula Prentiss) que padece demencia. Sin embargo, pronto comienza a sospechar que la casa está embrujada, y que su destino hace eco del de una hermana de la escritora que falleció décadas atrás.
La tercera película de Oz Perkins como director no fue también escrita por él, como las otras, sino por Rob Hayes (Cuando acaba la fiesta). Sin embargo, la mano de Perkins es notoria en esta interpretación del clásico cuento de los Hermanos Grimm. En Gretel y Hansel, ella (interpretada por Sophia Lillis, de Eso) es la hermana mayor, y debe cuidar a su hermano al enfrentarse a la bruja, en una historia sobre represión y abandono femenino.
Finalmente tenemos a Longlegs, que se adentra en el terreno del thriller de asesinos seriales (similar a El silencio de los inocentes), pero sin abandonar el lado sobrenatural. Aquí, una agente novata del FBI (Maika Monroe, de Está detrás de ti) es reclutada para el caso de un asesino sin resolver, gracias a asus aparentes habilidades psíquicas. Sin embargo, conforme investiga, descubre que hay un vínculo familiar personal con el homicida.