El terror corporal recibió en 2024 uno de sus mejores exponentes desde Titane con La sustancia, de la directora francesa Coralie Fargeat (Venganza del más allá), premiada como Mejor guión en el Festival de Cannes. En clave de El retrato de Dorian Gray (pero con otros tintes de política feminista), la película narra las medidas extremas que una conductora de un programa televisivo de fitness (Demi Moore) está dispuesta a tomar para recuperar las glorias reservadas por una industria machista para mujeres más jóvenes y atractivas. Una inyección de dudosa procedencia más tarde, su lugar es ocupado por una versión más joven y bella de sí misma (Margaret Qualley), con un hambre de vivir y comerse el mundo propias de su edad. No tarda en romperse el delicado balance entre ambas (una ingeniosa representación en pantalla de la dismorfia y el edadismo), con resultados cada vez más grotescos, brutales y, sobre todo, divertidos.
En las últimas décadas, la cinematografía surcoreana ha exportado propuestas que exploran temas complejos –de clase, psicología, historia– por debajo de fascinantes superficies. Exhuma: La tumba del diablo es un ejemplo fenomenal de ello, con una premisa engañosamente simple al inicio: un grupo de chamanes son contratados para romper una aparente maldición sobre una familia adinerada. Sin embargo, conforme más investigan, la trama se complica, revelando el oscuro pasado de Corea con el colonialismo japonés. Sin duda, una de las mejores películas de terror de 2024 –y una de las más ingeniosas.
El terror latinoamericano también ha dado mucho de qué hablar en años recientes, y una de las mejores películas de terror de 2024 viene desde Argentina. En Cuando acecha la maldad se desdibujan las barreras entre el horror sobrenatural y el odio mundano, cuando dos hermanos deben luchar por sobrevivir y proteger a su familia cuando seres infectados por demonios, los "embichados", comienzan a proliferar y sacar el lado más oscuro de los habitantes de un pueblo en la Argentina rural. No hay muchas películas más desoladoras que esta.
El subgénero de terror enfocado en arañas está de regreso, esta vez desde Francia. Arácnidos tiene una premisa engañosamente sencilla: un joven fascinado con los insectos se lleva una peligrosa araña a casa, ésta escapa y todo sale muy, muy mal para él y todos los vecinos del edificio. En el fondo, también opera como alegoría de las consecuencias del descuido, la negligencia y la marginación al interior de las familias y de sociedades completas. Pero dejando eso de lado, también funciona como una escalofriante creature feature que te hará retorcerte en el asiento, preguntándote si hay arañas trepando por tu piel...
Alien: Romulus puede traer cierta sensación de cansancio —una película más de la franquicia Alien, que parece estar reciclando las mismas ideas desde las primeras cintas de los años 70 y 80. La buena noticia, sin embargo, es que Romulus está lejos de ser más de lo mismo: dirigida por Fede Álvarez, la película crea una atmósfera que recuerda — ¡y mucho! — a Blade Runner para situarnos en un futuro distópico y sin esperanza. El horror recae en una nave invadida por xenomorfos y parece no haber escapatoria. Es buena, y el final, abrazando hasta sus aspectos más absurdos, coloca la saga de Alien en una nueva perspectiva.