En la edición 2019 de los Premios de la Academia, Alfonso Cuarón no sólo se llevó el Oscar al mejor director, también obtuvo el premio a mejor fotografía por su trabajo en ‘Roma’ (dejemos de lado, por ahora, la cuestión de Galo Olivares…). Y no era para menos, pues la también ganadora de la estatuilla a mejor película extranjera encierra belleza e información histórica en prácticamente cada cuadro.
El fotógrafo Roger Deakins, considerado uno de los mejores de nuestra época, había sido nominado al Óscar en trece ocasiones por películas como ‘Sin lugar para los débiles’ y ‘Sicario’, hasta que por fin ganó con ‘Blade Runner 2049’. Su fotografía, apropiada para esta secuela del clásico de ciencia ficción, encuentra en cada cuadro la belleza más sublime de un mundo gris y artificial.
La ames o la odies, si hay algo indiscutiblemente excelente en ‘La la land: una historia de amor’, es el trabajo de fotografía para las largas secuencias musicales que pintan de colores las grises calles de Los Ángeles. El fotógrafo Linus Sandgren – en su primera colaboración con el director Damien Chazelle – expresa las emociones y los cambios en la relación de los personajes con luz y color, lo que le valió su primer Óscar.
Para el “Chivo” Lubezki, ‘El renacido’ trajo el tercero en una racha de premios Óscar que comenzó con ‘Gravedad’, y vaya que fue un desafiante despliegue de sus conocidas habilidades: cámara en mano y prolongados planos secuencia bajo luz natural. Por sí sola, la belleza de sus imágenes hacen que valga la pena ver dos horas y media a Leonardo DiCaprio revolcándose en la nieve.
Wally Pfister ya acumulaba tres nominaciones al Óscar, todas por su trabajo fotográfico con Christopher Nolan (‘Batman Inicia’, ‘El gran truco’ y ‘El caballero de la noche’). Finalmente obtuvo el premio con ‘El origen’, y no es para menos: entre espectaculares efectos visuales, geniales secuencias de acción e íntimas escenas dramáticas, su colaboración es clave para crear el mundo de sueños de Cobb y compañía.