Filmada en solo 10 días, La mesita del comedor es una película de terror española que fue recomendada por Stephen King en su cuenta en X. También se llevó un premio en el festival de cine de fantasía de Bruselas, uno más en el festival de terror de San Sebastián, otro en el festival Macabro en México y fue incluida en el Festival de Sitges, que es el festival de terror más importante del mundo. La historia acompaña una pareja que se encuentra en crisis. Entre las malas decisiones que llevan, deciden comprar una mesita horrible que transforma sus vidas en una verdadera pesadilla.
Para cuando se estrenó ‘[•REC]’, el recurso del “found footage” ya estaba muy visto, pero la película es una demostración de que, en las manos correctas, puede emplearse para una gloriosa e inmersiva experiencia de terror difícil de olvidar. Dirigida por Paco Plaza (‘La posesión de Verónica’) y Jaume Balagueró, esta producción española es uno de los exponentes más recordados del cine de terror y zombis en lo que va del siglo XXI.
Primera razón: ‘La posesión de Verónica’ se considera una de las películas más aterradoras de la última década. Segunda: se inspira en el “expediente Vallecas”, un caso sobrenatural ocurrido en España en los años 90. Tercera: la dirige Paco Plaza, el de ‘(REC)’. No se diga más.
La Guerra civil, la represión del franquismo y los fantasmas de éste durante los años de la Transición en los setenta, son sin duda los periodos más convulsos en la historia de España durante el siglo XX, y al mismo tiempo han sido un terreno fértil para las narrativas cinematográficas de diversos géneros y estilos (ahí están como ejemplos recientes la adaptación de la novela gráfica ‘Sordo’, con tintes de western; o el claustrofóbico drama ‘La trinchera infinita’, ganador del Goya). ‘Malasaña 32’ se sitúa en los años posteriores a la caída de la dictadura y su clima entre las renovadas esperanzas y el miedo remanente, un contexto interesante cuyo potencial no termina de explotar. Por el contrario, la película recurre a los sustos típicos del cine de terror comercial, reforzados con un buen diseño de producción que genera una atmósfera asfixiante para un terror de corte sobrenatural, comparable a la clásica ‘Poltergeist: Juegos diabólicos’ o a la también española ‘Verónica’. Se trata de una opción nada fuera de lo convencional, pero muy efectiva dentro de dichos parámetros.