Si te gustan las películas de desastres (como Gran terremoto 9 grados) o sobre los peligros de bestias subacuáticas (Infierno en la tormenta o Amenaza bajo el agua), entonces esta producción china te gustará. La premisa de Gran Tsunami es ya conocida: un tsunami azota a una población china, y los sobrevivientes deben luchar por sobrevivir. Excepto que también hay un voraz cocodrilo en la ecuación, haciendo todo más peligroso e interesante. Incluso si los efectos visuales no son los mejores, es una película que brinda entretenimiento asegurado para los fans del cine de desastres.
Quizá se encuentre algo lejos de lo que hoy se considera cine de kaijū, pero no podemos hablar sobre películas de monstruos gigantes sin mencionar a la "abuela" de todos ellos: la original King Kong de 1933. Con una mezcla de live action con animación stop motion y técnicas de doble exposición novedosas para la época, Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack crearon una historia de aventuras que es parte humanidad vs. naturaleza, parte alegoría del colonialismo, y espectáculo puro que sentó las bases para todo lo que vendría después: una criatura colosal, ciudades en caos y acción tan trepidante como trágica.
Vale mencionar a Ella es un monstruo (Colossal) como una de las películas de kaijū más novedosas de la época actual por varias razones. Más allá de la fenomenal actuación de Anne Hathaway (una de sus más infravaloradas), la película parte de las convenciones del género no para hablar de caos y destrucción en un nivel colectivo, sino personal. La historia trata sobre una escritora: desempleada y echada por su novio debido a su alcoholismo, regresa al hogar de su infancia, donde reconecta con viejos amigos que agravan su adicción. Al mismo tiempo, misteriosamente, un monstruo gigante aparece en Corea del Sur, causando devastación inconmensurable. Cuando la mujer se percata de cuál es su vínculo con el monstruo y el motivo de su aparición, decide transformar su vida.
El epítome de las de películas de kaijū, tanto en virtud de su versatilidad como de su longevidad, es la saga de Godzilla, que ha definido muchas de las facetas del subgénero desde entonces. Y Godzilla Minus One es la culminación de su faceta como alegoría del miedo nuclear y el trauma del Japón imperialista, cuyas cicatrices son profundas en el país asiático.
Occidente ha intentado crear sus propias variantes de cine de monstruos gigantes con muy variados niveles de éxito, pero sin duda, uno de sus mejores exponentes lo trajo el cine found footage. En el fondo, Cloverfield no cuenta una historia compleja: una bestia gigante aparece para devastar cada centímetro de Nueva York, y un pequeño grupo de jóvenes intenta sobrevivir la noche. Sin embargo, el hecho de que uno de ellos porta una cámara en todo momento brinda una cercanía inusitada a su acción y tragedia, una película que casi parece creada como catarsis del 9/11.